El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Universidad de Panamá, desea hacer un llamado a la reflexión serena sobre los últimos acontecimientos, evidentemente con distintos matices de violencia que irresponsablemente, y sin pensar en la institucionalidad, han circulado en las redes sociales, cual si fueran gestos heroicos, demostrando la poca cordura y falta de argumentos solidos en contra de nuestra organización, por el solo hecho de cumplir con la misión que nos ha caracterizado durante 41 años de vida orgánica de defender los intereses individuales y colectivos de los trabajadores y trabajadoras universitarias, historia que no podrán borrar de la vida universitaria con posturas oportunistas, quienes por toda clase de favores políticos y personales, hoy se sitúan al lado de la patronal dentro del Centro Regional Universitario de Panamá Oeste (CRUPO), como un mandato que obliga a sumarse para continuar en la lista de los pocos favorecidos, sin importar la afectación de quienes calladamente sufren la tiranía de quien administra este recinto universitario cual mayoral de finca. Suele afirmarse que “cuando la única herramienta que tienes es un martillo, todo problema comienza a parecerse un clavo”, por eso es que, para el director del CRUPO, la defensa a ultranza de su concepción sesgada de la institucionalidad, pasa por la violencia y la incitación al asalto del local capitular del SINTUP, ante la falta de argumentos para impedir por la vía administrativa la presencia de dirigentes de nuestra organización en una instalación universitaria que es de carácter público y no propiedad privada de nadie. Las acciones hablan más que las palabras, y las escenas escandalosas sometidas al escrutinio público y de la comunidad universitaria, evidencian hechos irrefutables de actos de irrespeto, indecoro universitario y total anarquía dirigidos por personal con cargo de jefaturas de este centro, mandando un mal mensaje y afectando la prestigiosa imagen de nuestros compañeros administrativos, docentes y estudiantes del CRUPO dentro y fuera de la institución, con el único propósito de erradicar la presencia de nuestro sindicato en dicho recinto para dar paso conveniente al sindicalismo amarillo y dejar en total indefensión a los trabajadores y trabajadoras que no forman parte del círculo cero, sentando un precedente nefasto en la historia institucional, pues mañana por diferencias de pensamiento asaltaran oficinas de cualesquiera otras organizaciones, cediendo espacio a la absoluta anarquía. ¡Cuidado! Hacemos un llamado, a toda la comunidad universitaria a defender la verdadera institucionalidad, que más allá de discursos políticos, se defiende con posiciones que salvaguarden el derecho a disentir, a la promoción de una justicia con equidad, a respetar las normas universitarias y resolver nuestros conflictos por la vía administrativa que corresponda. La institucionalidad se vulnera, cuando se impide que cada instancia universitaria juegue el rol para el que fue creada, sin ser amedrentada, tal cual sucedió con el Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá, en donde por el solo hecho de haber acogido en función de sus competencias una denuncia presentada por el SINTUP por violencia y acoso laboral en contra de nuestra Secretaria Capitular y haberla direccionado a otras instancias competentes, fueron sometida a violencia institucional, su directora y su personal. Nos preguntamos después de esta cadena de hechos lamentables, si son conductas propias de universitarios; y si esto sienta un precedente para que las mujeres universitarias se sientan en total indefensión, siendo que se vulnera la instancia más emblemática instituida para su protección y defensa. ¿Qué estamos haciendo y permitiendo? Reiteramos, la posición del SINTUP, no es contra la envestidura de las autoridades, ni en contra de la comunidad universitaria del CRUPO, sino una posición de principios en contra de violaciones a los derechos fundamentales del trabajo, violencia contra la mujer trabajadora, violación a los derechos humanos, violación a derechos constitucionales, al código de ética y el derecho a la libertad sindical y protección, consignada en convenios internacionales, especificadas de manera puntual en nuestras denuncias.
¡SIN LUCHAS NO HAY VICTORIAS!
Comments