En este momento decisivo, donde la justicia y la dignidad laboral se encuentran en la balanza, nos dirigimos a ustedes no sólo como compañeros de lucha sino como portavoces de una causa que trasciende las fronteras de nuestra institución. Lo que está en juego no es un simple contrato, sino el futuro del derecho a la negociación colectiva en el sector público en Panamá.
El 25 de enero, después de 8 meses de intensas negociaciones, marcamos un hito en la historia de nuestra comunidad con la firma del segundo convenio colectivo de trabajo por parte del rector, Dr. Eduardo Flores Castro. Este convenio representó un acuerdo mutuo de respeto, dignidad y progreso para todos los trabajadores de nuestra querida Universidad de Panamá.
Sin embargo, el 7 de febrero, en un acto que desafía la integridad y la confianza construida, el consejo administrativo de la universidad sustrajo unilateralmente las cláusulas económicas fundamentales del convenio, además retorna a una nueva negociación, con nuevos actores ahora del Consejo Administrativo, negando así los términos acordados. Por principios, exigimos el pago de la primera fase del pago de la nueva escala y manual de clases de cargos.
Este además de ser un ataque a los trabajadores de la Universidad de Panamá; es un ataque al corazón mismo del sindicalismo y a los derechos laborales que tanto hemos luchado por proteger. Frente a esta afrenta, es nuestro deber como organización sindical, y más importante, como defensores de la justicia, alzar nuestra voz y tomar una posición transparente.
A nuestros hermanos y hermanas en el sindicalismo panameño: este es el momento de unirnos, más allá de nuestras diferencias, en defensa del derecho sagrado a la negociación colectiva. Lo que sucede en la Universidad de Panamá hoy significa un retroceso que destruye una de más grandes conquistas de la humanidad.
A la comunidad internacional de sindicatos, especialmente a los sindicatos universitarios alrededor del mundo: necesitamos su apoyo y solidaridad. Este no es sólo un llamado por ayuda, sino un llamado a la acción conjunta en defensa de los derechos laborales universales.
Hemos mantenido nuestra fe en el diálogo y en la negociación como los pilares para la resolución de conflictos. Sin embargo, ante la violación de nuestro acuerdo ya firmado, nos vemos obligados a explorar todas las rutas legales, tanto a nivel nacional como internacional, para defender nuestros derechos y asegurar que la justicia prevalezca.
Este es un momento histórico en nuestra lucha. Pero juntos, con solidaridad y determinación, podemos superar este desafío. Nuestra causa es justa, y la justicia debe y prevalecerá.
Dado en la ciudad universitaria "Octavio Méndez Pereira" a los 3 días del mes de marzo de 2024
¡Sin luchas, no hay victorias!
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