La Universidad de Panamá es la institución más emblemática de la cultura y de la educación superior en nuestro país. Ella ha sido a lo largo de sus ochenta y siete años de admirable y fecunda historia, baluarte y referente indiscutibles de la identidad y la nacionalidad panameñas. Hoy no es posible comprender cabalmente una buena parte de los principales acontecimientos políticos e históricos, que han sucedido en nuestra Patria desde 1935 hasta la fecha, prescindiendo de la participación, contribución y significado en ellos, de la Casa de Octavio Méndez Pereira.
Es por eso que esta Institución que nació para beneficio de la educación superior de las grandes mayorías, debe ser respetada, preservada y defendida, por todos aquellos que consideramos a la educación como un derecho fundamental de carácter colectivo, y a la Universidad de Panamá, como la cantera más consecuente en la formación, no sólo de profesionales que el país necesita, sino también de ciudadanos conscientes e integrales.
Por eso el SINTUP le viene preocupando que, en la actual coyuntura, donde hay una evidente amenaza a esa Universidad y sobre todo a su Facultad de Ciencias de la Educación, con la aprobación de una ley para crear la Universidad de Ciencias Pedagógicas Juan Demóstenes Arosemena, los principales órganos de gobierno, parecen guardar un silencio inexcusable. Nos preocupa que en esta hora decisiva en que nuestra Institución, a través de sus principales órganos (Consejo General y Consejo Académico), debiera crecerse y asumir una postura enérgica, respaldada por un pronunciamiento firme y contundente dirigido a toda la Nación, lo que predomine sea una atmósfera donde solo reina el inmovilismo y la negligencia en todo el Campus Central.
Para nuestra organización, no convocar cuanto antes a estos órganos de gobierno para rechazar tan temeraria y peligrosa ley, podrá ser interpretado, no sólo como complicidad ante un ataque tan frontal y claro contra el sistema educativo nacional, sino como un mensaje de consentimiento y beneplácito, a la promoción de inciertas universidades, que ahora aparecen en el área pedagógica, indígena y policial; para más tarde pasar a la conversión de centros regionales, en flamantes universidades que atomizarán y fragmentarán a la Universidad de Panamá y serán, más que verdaderas universidades, los cuarteles de “invierno” de los políticos tradicionales del patio.
Para el SINTUP el primer deber de un universitario, consiste es proteger y preservar a la Institución y su carácter popular, público, democrático e inclusivo. Por eso hacemos un serio llamado a la reflexión a todos los universitarios y a las autoridades actuales, para reconocer con claridad el peligro que nos amenaza y que sólo puede provenir de los enemigos históricos de la Universidad y del pueblo panameño.
De allí que el SINTUP, fiel a sus principios, invita a toda la comunidad universitaria y principalmente a todos los trabajadores universitarios a nivel nacional, para que le reclamemos en las calles al actual gobierno, el rechazo al absurdo proyecto de ley No. 480 que crea la Universidad de Ciencias Pedagógicas Juan Demóstenes Arosemena. Para ellos nos concentraremos este martes 14 de febrero a partir de las 12:00 md. en la vía Transístmica, como hemos hecho en tantas otras oportunidades, para expresar y representar una vez más, los intereses nacionales y universitarios.
¡SIN LUCHAS ,NO HAY VICTORIAS!
Dado en la ciudad universitaria “Octavio Méndez Pereira”, a los doce días del mes febrero de dos mil veintitrés.
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