La lucha en contra de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, fue consignada el 10 de junio de 2019, como una de las prioridades en la agenda de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y por ende, en la línea primera de reivindicación de las confederaciones continentales y organizaciones sindicales de los trabajadores en el mundo.
Este importante paso toma relevancia, debido a la identificación de este fenómeno Psicosocial y laboral que afecta a millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo, pasando en la mayoría de los casos invisibilizado, o amordazado por el miedo que genera en las víctimas, como resultado de las relaciones de poder estructuradas en los escenarios laborales y que conlleva a la fragilidad de una de las partes en la relación laboral, en este caso el más frágil en la cadena de mando.
Cuando nos referimos a la violencia y el acoso laboral, muchas veces abordamos la temática de manera muy tímida como un conflicto laboral más dentro de los ambientes laborales, aceptando soluciones convenientes y cómodas dentro del sistema laboral estructurado en las instituciones, empresas y organizaciones, cualesquiera que sean, que consisten en sacar a la víctima, mediante movilizaciones, traslados y en el peor de los casos y de acuerdo a la relación de poder del acosador, se llega a destituciones injustificadas, sin ningún tipo de investigación sobre los hechos.
Este estado de indefensión de la víctima, hasta hace poco, generaba frustración colectiva entre los trabajadores y trabajadoras; sin embargo, surge una noticia esperanzadora en el mundo del trabajo, y es el Convenio 190 impulsado por la OIT, con el cual se pretende frenar y reivindicar la justicia laboral en el mundo y erradicar de una vez por todas, toda forma de violencia o acoso y que en su artículo 1, están identificados en un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea una vez o de manera repetida, que tengan por objeto, …causar un daño físico, Psicológico, sexual, o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género.
De esta manera, se comienza a visibilizar, que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, no debe ser tratado como un simple conflicto laboral, sino atenderse con la profundidad e importancia que este requiere, toda vez, que no solo afecta las relaciones laborales entre la víctima y el acosador, sino que tiene un impacto en el entorno laboral, familiar y en la salud física y mental del que lo sufre, adicionando además, la generación de ambientes laborales tóxicos y poco saludables.
¡Trabajadores y Trabajadoras, exijamos la ratificación del Convenio 190 Ya!
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